Visita al Faedo de Ciñera del Comando León.

A pesar de tener prevista una visita al Faedo para este jueves, en compañía de Mclera (a la que se sumará El Pelos posiblemente), el pasado viernes, en tertulia de bares del llamado Comando León, integrado por leoneses, bercianos y nuestro "adoptado" madrileño, decidimos darnos una vuelta por el Faedo para contemplar este paraje que la gran mayoría de los componentes desconocía. Ello sirvió, además, para informarles e intercambiar opiniones al respecto de la línea Sama-Velilla, interesante si tenemos en cuenta que ellos lo ven más en la distancia que nosotros si cabe.
Teniendo en cuenta que la tradición marca que siempre empezamos con algo de retraso, llegamos a Ciñera en torno a las 11:40 y subimos el coche hasta la bocamina acondicionada por los habitantes del pueblo. Tras recorrer unos primeros metros por la base de una escombrera restaurada, nos adentramos en el valle del propio Faedo tras cruzar un pequeño puente asentado sobre cuadros de mina.

A lo largo del sendero fuimos dejando atrás el merendero donde el pueblo celebra su convivencia y cruzamos otro puente para adentrarnos ya en el verdadero mar de hayas cuyo colorido en otoño es extraordinario. Allí pudimos contemplar setas, ver el Fagus (árbol más emblemático) y leer el relato del carbón de Haeda. A la salida del bosque recorrimos el puente rehabilitado recientemente que nos permitió salvar el pequeño desfiladero; un camino que recorrían los antiguos mineros para ir a su trabajo. Tras contemplar las "bañeras" moldeadas por el agua en su discurrir, realizamos una pequeña subida para contemplar el valle desde lo más alto.

Después de un pequeño descanso, iniciamos el regreso para dar cuenta de una suculenta comida y un paseo por los pinares del Rabizo para relajarnos un poquito. Salvo un pequeño infortunio que tuvimos a última hora con el palo del abuelo,(por andar enredando) y que espero se subsane pronto, la jornada mereció mucho la pena y ya esperamos ansiosamente la quedada en El Empalme del próximo día. Agradecimiento particular al madrileño, tanto por su presencia como por el esfuerzo que, me imagino, le supuso algún tramo del camino.

Espero que este paseo anime a los componentes a transmitir las bondades del mismo y a hacer comprender un poco más el por qué del rechazo de nuestras gentes a la línea eléctrica Sama-Velilla.
Supongo que las fotos no son las de Mariluz ni las de Vallano pero uno hace lo que puede.